A Juan Musi, vicepresidente del Colegio de Abogados de la Capital, le pareció sincero y real que el juez federal porteño Ariel Lijo dijera, en una mesa sobre narcotráfico, que el sistema judicial actual es para gente a la que le gusta perder ante el delito, y convocara a la Justicia a abandonar la puesta en escena y la impostura. “Es bueno que por lo menos lo digan. La criminalidad organizada ha sobrepasado al Poder Judicial y ya está visto que los jueces solos no pueden contra las mafias. Este tema necesita y merece la decisión política de enfrentar y erradicar las bandas”, expresó el letrado.
Sin herramientas
En un contexto caldeado por la exposición y el enfrentamiento entre clanes locales ligados a la droga, Musi observó que la Justicia carece de herramientas adecuadas para investigar y erradicar el fenómeno de la criminalidad organizada. “Es preocupante todo lo que estamos viendo en Tucumán en relación con el narcotráfico. Si las autoridades quieren dar seguridad y pacificar a la sociedad, tendrán que trabajar en consecuencia y dejar de colocar parches. En gran medida la posibilidad de desbaratar las asociaciones ilícitas depende de tener un presupuesto adecuado. Esto debe ser entendido por quienes manejan el Estado: sólo cuando hubo una decisión política de combatir a los Ale, fue posible hacerlo”, advirtió.
El jueves, en la capacitación en la que, entre otros, impartieron Lijo y el camarista federal tucumano, Ricardo Sanjuán, el ministro de Seguridad de Tucumán, Claudio Maley, también había advertido que la familia Ale había sido desarticulada. El ex gendarme dijo al público presente en la actividad que había que tomar la decisión de enfrentar el problema y de poner orden en la casa. “Con la droga vemos que se han corrido los límites de la república. Esta es la realidad. Maley debe haber festejado su nombramiento como ministro sólo unas horas porque, después, no hay nada para festejar. Hoy vemos actuar a las bandas de narcos (Toro y Acevedo), pero nada es nuevo. ¿Qué políticas de Estado hay para esto?”, había interrogado por su parte Sanjuán.
En un diálogo telefónico con LA GACETA, Musi expresó que la ciudadanía estaba cansada de ver que los políticos solo quieren dar la impresión de que hacen algo: “las reacciones del Poder Legislativo son agotadoras. ¿Qué cambia con las declaraciones de emergencia? Nada. Los problemas siguen porque no hay soluciones de fondo”.
Dificultades
El vicepresidente del Colegio de Abogados manifestó que las actitudes livianas de la dirigencia no hacían sino incrementar las dificultades. “Está todo a la vista y mezclado porque los barrabravas son usados por los políticos. El narcotráfico no existiría si no hubiera cierta complicidad en los gobernantes, los jueces y, especialmente, la Policía, que conoce perfectamente cómo se maneja ese negocio”, dijo.
El abogado manifestó que el caso “Lebbos” exponía muchos de los males que padece la sociedad tucumana como consecuencia de la crisis de institucionalidad. En esa línea inscribió el hecho de que, la semana pasada, la familia del testigo Fernando Vázquez Carranza terminara con custodia por contar la verdad: que el defensor del imputado y ex jefe de Policía, Hugo Sánchez, había intentado influir en su testimonio. “La obstrucción es palpable y por algo en su momento el Colegio pidió la destitución del ex fiscal Carlos Albaca (se jubiló con el beneficio del 82% móvil). En ese proceso hay una trama de encubrimiento muy extraña, que da la sensación de que se quiere tapar algo importante. Si no, no se habría movido una maquinaria tan grande”.